©onocimiento™
Cuando entras a Wolfram|Alpha (en adelante, Wolfram) a pedirle que te resuelva una integral te encuentras dos sutilezas inusuales, que (afortunadamente) cada vez se ven menos: en su logo, aparece el símbolo de marca comercial y de marca registrada.
Muchos de los logos que ves en internet están registrados (sin ir más lejos, el de Google, evidentemente) pero no te lo hacen saber cada vez que los ves porque resulta desagradable (muchos internautas le tenemos asco al enfoque actual del copyright). A Wolfram, esto parece no importarle mucho, porque se ha atrevido a ponerle copyright a cualquier output de su programa. Es aceptable que un programador quiera tener derechos de autor sobre un código de su autoría, pero no que desee tenerlos sobre lo que éste produce. Poniendo otra vez a Google como ejemplo
Es una postura que podría ser razonable en ciertos aspectos, si bien se ve claramente que es una barbaridad generalizar así el copyright: ¿al buscar 1+1=2, debo citar a Wolfram en mi tesis si utilizo ese resultado?
Yo me opongo radicalmente a ella porque tengo pesadillas con corporaciones poniendo miles de programas básicos a registrar los postulados de Euclides, las relaciones trigonométricas o las leyes de la termodinámica. En esos sueños, una sociedad de autores cuyas siglas son una permutación de GAES (este año, la Frikipedia ha muerto definitivamente por culpa de la sociedad general que no debe ser nombrada, por eso me da miedo mencionar a quien tú ya sabes) registra mi nombre y tengo que pagar un canon cada vez que me presento.
¿Qué hace ©Wolfram|Alpha™®?
Además de apropiarse de conocimiento colectivo, este motor es capaz de realizar hazañas tales como resolver integrales y ecuaciones diferenciales simbólicamente (muy útil para estudiar cálculo), decirte dónde está la Estación Espacial Internacional, dar respuesta a las preguntas científicas que se le hacen a Siri y a Bing y... ¡dibujar famosos! Si sabes cómo preguntarle, claro... Si no utilizas las palabras clave apropiadas para cada función, probablemente no entienda nada de lo que le estás diciendo y te muestre datos con poca relación a tu pregunta. Como dijo Douglas Lenat (experto en inteligencia artificial) al probar Wolfram: "hay una amplia gama de preguntas que no puede analizar y que no puede responder."
Plot de Fidel Castro [Wolfram Alpha LLC. 2009. Wolfram|Alpha. https://www.wolframalpha.com/input/?i=curve+fidel+castro (access November 27, 2016)], Zapatero [Wolfram Alpha LLC. 2009. Wolfram|Alpha. https://www.wolframalpha.com/input/?i=curve+zapatero (access November 27, 2016)], Bernie Sanders [Wolfram Alpha LLC. 2009. Wolfram|Alpha. https://www.wolframalpha.com/input/?i=curve+bernie+sanders (access November 27, 2016)] y una Angelina Jolie no demasiado jolie [Wolfram Alpha LLC. 2009. Wolfram|Alpha. https://www.wolframalpha.com/input/?i=curve+angelina+jolie (access November 27, 2016)]
¿Cuándo es creativo un programa?
Parafraseando a Arthur Samuel (pionero en AI y desarrollador de TEX, el programa gracias al cual podemos ver fórmulas matemáticas en el blog), un programa original es aquel que crea algo que no ha sido explícitamente incluido en el código. Como en todo dilema filosófico, la cuestión está en definir bien los términos. ¿A qué nos referimos con explícitamente? Obviamente, un programa que nos da la sucesión de Fibonacci mediante un bucle que va evaluando a,b=b,a+b no es creativo, porque le hemos dicho de forma explícita cómo crear.
Douglas Hofstadter (cuyo padre, además de darle su apellido a él, se lo dio a Leonard, de The Big Bang Theory), en su faraónico Gödel, Escher, Bach recoge la siguiente cita de Max Mathews, autor de un programa que mezclaba obras musicales dando lugar a una nueva creación:
¿Lo que está haciendo el ordenador es componer? Lo mejor sería que esta pregunta no apareciese, pero no puede ser completamente ignorada. Es difícil suministrar una respuesta. Los algoritmos son deterministas, simples y comprensibles. No hay envueltas computaciones complicadas o de ardua comprensión; no se ha utilizado ningún programa de "aprendizaje"; no ocurre ningún proceso fortuito; la máquina funciona de manera perfectamente mecánica y normal. Sin embargo, el resultado es una secuencia de sonidos que, en el orden de los detalles finos, no ha sido completa y precisamente especificada. Así, el compositor se ve a menudo sorprendido, y gratamente, por los detalles que dan concreción a sus ideas. Es solamente en esta medida que la computadora compone. Llamamos composición al proceso algorítmico, pero de inmediato volvemos a subrayar que los algoritmos son transparentemente simples.
Una de las ideas que nos da Hofstadter en Gödel, Escher, Bach (en sus más de 800 páginas hay espacio para muchas) es que el ingrediente principal para una máquina inteligente y consciente es la autorreferencialidad: cuando un algoritmo es capaz de observarse y cambiarse a sí mismo, hemos traspasado una frontera importante hacia la inteligencia artificial. Pero la autorreferencialidad trae problemas asociados... se pueden dar bucles extraños como el enunciado Esta frase es falsa.
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Cuadro autorreferencial de MC Escher, tomado sin permiso |
Al fin y al cabo, todo se reduce a un problema de caos. Cuando la respuesta de la máquina depende de multitud de parámetros y leyes que somos incapaces de modelizar, podemos considerar que la creación no es explícita en el código, y que la máquina es la autora de su obra.
¿Acaso no pasa lo mismo con los seres humanos? Si conociéramos la manera de pensar de una persona y todas sus circunstancias, ¿no podríamos determinar inequívocamente sus acciones?
La respuesta es compleja y controvertida, y tiene mucha relación con la cuestión de si nuestra mente es o no algorítimica (como un programa de ordenador).
Yo pienso, como Douglas Hofstadter, que nuestra inteligencia también es algorítmica y puede haber programas inteligentes, pero hay posturas como la de Roger Penrose que asocian efectos cuánticos a la mente y la consideran no-algorítmica (recomiendo encarecidamente echarles un ojo a los libros mencionados al final de la entrada).
¿Y qué pasa con el copyright?
Los defensores del copyright clásico alegan que restringir la distribución y readaptación de una obra estimula la creación artística, al dotar de relevancia y reconocimiento al creador y darle poder sobre la misma, pero se olvidan de mencionar que hay sistemas que consiguen hacerlo sin limitar su difusión y el acceso libre a la cultura. La concepción actual del copyright es un lastre enorme para el avance cultural y científico, ya que limita la libertad de expresión, niega la posibilidad de mejorar una obra ya existente, permite que el azar sea registrado como obra propia, que los derechos de autor se hereden... Es decir, propugna la propiedad privada del conocimiento,
Además, dicho sistema legal no tiene sentido en la red, donde hacer copias es rápido, cómodo y sencillo: casi todos copiamos música, películas, libros e imágenes y lo seguiremos haciendo.
Afortunadamente, existen licencias copyleft que otorgan al autor el reconocimiento que se merece sin limitar el necesario flujo cultural (que debe llegar a todos los estratos sociales). Un ejemplo son las licencias GPL y Creative Commons (como la de este blog), que permiten reservarte ciertos derechos (como el de atribución) liberando muchos otros (difusión, readaptación,...).
Trabajar empleando licencias libres (un esqueleto fundamental de la ética hacker) ha demostrado ser un éxito total: gran parte de los programas que utilizas son software libre, están desarrollados por programadores que creen en la libre difusión de su obra, y que se lo pasan muy bien haciéndolos. Si nos lees desde un dispositivo Android, te estás beneficiando del trabajo desinteresado de mucha gente.
Para acabar esta entrada bipolar IA-copyright, os dejo con un par de frases de Douglas Lenat sobre inteligencia artificial:
"La inteligencia son diez millones de reglas"
"Una vez que realmente tienes una gran cantidad de información integrada como conocimiento, entonces los sistemas humanos de software serán superhumanos, en el mismo sentido que la especie humana con la escritura es superhumana comparada con la especie humana antes de la escritura."